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Monserrat + Eduardo

Su boda fue más que una unión, fue una celebración de la vida y el amor, una afirmación de su vínculo y el próximo capítulo de su viaje juntos.


En palabras de Eduardo, a veces menos es todo lo que necesitas. Una ceremonia de lo más apacible reunió a toda la familia y amigos de ambos en un lugar acogedor rodeado de árboles como Cajamarca, desbordando el tipo de magia inesperada que proviene de la simplicidad. 


Luego que ellos ya habían contraído matrimonio, decidieron celebrar una ceremonia simbólica,  intercambiaron sus votos, como la primera vez, los sentimientos a flor de piel. Sillas de madera adornaban la capilla como único acento decorativo, llevando esta simplicidad hasta la recepción detalles minimalistas.


Cada detalle se fusionó con las velas que daban la calidez a la velada, un baile y carnaval dieron un acento de furor y color a la recepción, las palabras del padre dejaron un nudo de sentimientos en los invitados donde dejo entre ver que Eduardo era el indicado para su hija y para su nieta, la pequeña estuvo al lado de sus padres en todo momento, aparte de los ahora esposos fue la pequeña quien se robó la atención y sonrisas de todos, derrochando ternura e inocencia, perfectamente capturada en cada fotografía de esa noche inolvidable.



Locación: Cajamarca